miércoles, 26 de junio de 2013

Estimado Dios

En uno de esos poco frecuentes ataques de cordura se le veía muy concentrado a Carlos redactando una carta para nadie (las cuales ya se contaban por cientos). Esta, en especial decía algo así:

Estimado Dios;
Señor Sordo-poderoso

Hace muchas noches ya que veo como las horas se juntan y se descomponen en montoncitos de de minutos largos y perezosos. Noches en las que todos los sonidos se exageran al punto que he mandado a callar hasta al mismo silencio de esta humilde habitación; incluso la respiración de los ausentes es excusa para comenzar esta cuasi mortal lucha anti gravitacional de mis párpados cansados.

Es esto, al mismo tiempo, materia prima y justificación de todos esos debates filosóficos, en dónde soy dueño absoluto de la razón, mas no de la verdad. Comparo mis ratos (noches) de insomnio con gigantes cristales que magnifican hasta el punto de la exageración cada uno de los detalles, que quizá para el resto de los mortales pasen desapercibidos, pero que para mí son puntas afiladas que acribillan cada rincón de la conciencia. ¿Quién puede dormir habiendo tanto en qué pensar?

Soñar es para los abstractos y le hace mucho daño al corazón. De esto puede dar fe este humilde servidor. Que un día fantaseó con uno de sus ángeles; éste quien se enamorara de la divinidad inmaculada de uno de esos seres de luz que caminan entre nosotros, pero pertenecen a otro universo. De esos que te hacen miserable para el resto de tus días; pues, ellos tienen alas y viven conforme a su voluntad. Que te pueden elevar hasta un paraíso lejano donde no llegan las miradas débiles de los demás; donde se puede saborear cual manjar hasta el más ínfimo suspiro y cada beso es un orgasmo.

¿Cómo es que un ser divino te condena a la oscuridad de la noche? Mi imagen ha abandonado cada espejo de esta casa; a ratos me conformo con ver mi silueta recostada  a la fría pared de concreto hija de mi cuarto, que por instantes arrulla a mi jorobada sombra también ávida de descanso.

Es ingrata la mañana que desnuda este triste padecer, pues son mis ojos fiel reflejo de lo crudo de su ausencia. De madrugadas atrapadas en el recuerdo de un efímero viaje  hacia los brazos de la muerte, que me endulza y acaricia cuando el sol se cambia de traje.

Mientras tanto, sigo tratando de entender ¿cómo hace la gente para dormir habiendo tanto en que pensar?


domingo, 2 de junio de 2013

" La vida es un regalo sin forma que nos obligan a celebrar.
De caminos sin norte y
predecible final".