sábado, 22 de marzo de 2014

Voy a sentarme en esta esquinita del día para ver el mundo girar,

tal vez en una de tantas vueltas habré de verla pasar,

con la misma esencia de mujer pero con otro vestido; 

uno que brille más, que haga juego con tus ojos; en el peor de los casos con los míos.

He de ser feliz como los tontos, como el ignorante;

hagamos como que no pasa nada y que esta ausencia tan solo dura un instante.
"Así razonaba Carlos para sus adentros; nadie habría de entender su triste murmullo:

Con los ojos más cansados que de costumbre,

con un millón de cosas que contarte,

con versos en todos los matices del día,

con los labios agónicos en la cruel espera de un beso…

Viviendo con un extraño en mi interior,

Sin paz!

Sin tu sombra que placenteramente interrumpía la odiosa luz del mundo,

Con pocas ganas ya de ver al sol hundiéndose en el horizonte,

Con un planeta lleno de gente que no son vos!

Con espacios carentes de tu figura,

Sin razón para buscarte,

Yo sé dónde estás!

¡Completamente fuera de mi alcance!
Está bien, vos por tu lado y yo por el mío, pero:

Deja de molestarme en sueños,
basta de esperar cualquier silencio para meterte en mi cabeza,
suficiente con esa costumbre de estar en todas las canciones,
basta de aparecerte en las caras de todos,
eso de acelerarme el corazón cada vez que veo un par de ojos negros no se vale!
eso de irse y dejar tu aroma y el fantasma enorme de tu recuerdo!
es que...

ese tipo de acoso simplemente no lo soporto!
"En un encuentro fortuito, hijo de la casualidad o en un empujón del destino 
nos habremos de encontrar…para hablar de todo o de ninguna cosa!

Tu respiración será suficiente para los dos, hallaremos la calma entre el desorden de la ciudad. Un café, la estrechez del camino, la lluvia repentina de mayo o el mundo apretándonos en el autobús será la excusa. 

Un momento de perfecta sincronía y este corazón que yacía muerto en mi pecho desde tu partida, resucitará y bailará para vos!

Inconscientes de que nos pertenecemos, cometeremos el mismo error otra vez…

Alejarnos!"
- Mira lo que ha escrito Carlos en su ventana (le comentaba su madre a Marta):

¿Por qué se habrá tomado tantas molestias el destino en entretejer nuestros caminos?

¿Y la sombra del árbol en refrescarnos las ganas?

¿Es que acaso a Dios le hace gracia esta pena que me consume?

¿Dejarme ver tus ojos y después esperar que mire para otro lado?

¿Se habrá vuelto loco el mundo? ¿Será qué de desconocer gente es que se trata la vida?

Contemplame María, enfermo de esperanza y de realidad, ya sólo me queda pedirte una cosa:

Un beso! 

No un beso de amor. 

¡Uno por compasión!
“¿Por qué habría de esperar que agradeciera mis palabras? Si en honor a la verdad, ella nunca me las pidió”