sábado, 22 de marzo de 2014

- Mira lo que ha escrito Carlos en su ventana (le comentaba su madre a Marta):

¿Por qué se habrá tomado tantas molestias el destino en entretejer nuestros caminos?

¿Y la sombra del árbol en refrescarnos las ganas?

¿Es que acaso a Dios le hace gracia esta pena que me consume?

¿Dejarme ver tus ojos y después esperar que mire para otro lado?

¿Se habrá vuelto loco el mundo? ¿Será qué de desconocer gente es que se trata la vida?

Contemplame María, enfermo de esperanza y de realidad, ya sólo me queda pedirte una cosa:

Un beso! 

No un beso de amor. 

¡Uno por compasión!

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