lunes, 4 de febrero de 2013

Una noche de insomnio


…uno aprende a tomarle el gusto a las noches de insomnio, a estirar las horas para pensarte desnuda en el ocaso de mis fantasías.

Es como tener una fila de recuerdos rodeando el abismo de mi cama enorme; memorias que le rezan a mi subconsciente para no extinguirse jamás, implorando ser vividas cada vez que cierro mis ojos.

He parido un amor que se alimenta de los desvelos y las angustias, de tu ausencia y de la imposibilidad de encontrarnos en la ridiculez de lo correcto.
A esa pasión, engendro de mi locura; la voy a celebrar cuando el sol desaparezca en el mar anaranjado, cuando me camufle entre la caprichosa luz de esta luna guanacasteca.

¡Dulce oscuridad, no dejes que el sueño simple y tranquilo de los mortales me quite el placer de una noche de insomnio!

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