viernes, 23 de agosto de 2013

...por un momento desearía ser parte de ese colectivo sin rostro que goza del efecto placebo de la luz; poder así descargar la mayoría de culpas y aflicciones en seres imaginarios y dicotómicos.

Me gustaría alivianar esta carga cerrando mis ojos al pie de un trozo de madera bien clavada, o en Al-borak subir al cielo para encontrar la sabiduría eterna. Hallar en la panza de un calvo sonriente la clave para cambiar mi suerte; para ser feliz.

Repetir como un conjuro mágico lo mismo todas las noches y echarme a domir tranquilamente mientras alguien se encarga de todo....

!Que se alejen de mí la lógica, la ciencia y el sentido común!
(enemigos de la fe)

Así hablaba Carlos un viernes por la tarde, mientras María bailaba para sí misma al lado soleado de su ventana.

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