viernes, 17 de agosto de 2012


Despacio y en silencio comencé a pensar en vos,
Cada vez con más frecuencia; adictiva costumbre
la de sentir tu sombra jugando con la mía.
Sin que lo supieras me fui haciendo tuyo,  como la luna y las mareas.
Como  gota fría y premeditada hiciste lugar en mi pecho. 
Despacio y en silencio te entregué un reloj arena; mi tiempo.
Eras inmensa en mi día, tan grande y el sol tan pequeñito.
Sencillo se me hacía cerrar los ojos  para devolverte de tan
Absurda ausencia;  una princesa esperando ser rescatada.
Despacio y en silencio,  me devorabas las entrañas.
Densa e invisible,  como los dioses,  me veías desde arriba.
El mundo se consumía entre mis llamas y tu corazón
Tan frío, intacto, ajeno a todo este dilema.
Despacio y en silencio,  te escapabas,
 como la bruma en la mañana.
Despacio y en silencio, me abandonaba
tu recuerdo…tan despacio y en silencio
una parte de tuya se marchaba con cada suspiro;
con el humo de un cigarrillo, simplemente te ibas.
dejabas de estar en todos los rostros,
tu nombre, ya era extraño en mis labios.
Supe que como las ilusiones, tu también pereces.
Supe que a veces la realidad también trae justicia.

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