viernes, 17 de agosto de 2012


Ni extraño ni diferente, ni bueno ni malo.
Sencillamente ya estuve ahí; es sentarse y ver
la misma gente pasar una y otra vez, con sus altibajos
como un carrusel de absurdos personajes.

Ya había muerto para entonces, pero mi recuerdo
caminaba entre todos acompañado de una tímida sombra
que buscaba hacerse escuchar; pero es tan inútil;
porque ya estuve aquí, ya escuché sus risas, desprecié
su llanto y estuvimos desnudos.

Enfermo de realidad y cansado del tiempo y sus caprichos.
A veces triste, mejor dicho, casi siempre triste.

Cómo me extraño, qué habrá pasado conmigo?
Será por un dios tan distraído? maestro en la indiferencia,
o por un diablo travieso ladrón de mi conciencia!?

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